sábado, 17 de mayo de 2014

Microrrelato nº 58: Ninfa

     Dentro sólo tengo cenizas, decía mamá con la boca seca. Por entonces ya ni salía a la calle. Se arrastraba por la casa devorando Palo Santo. Dormía y engordaba. Una mañana, la policía se llevó a papá y ella se ahorcó de la lámpara del comedor.  Y ahí se quedó, endureciéndose. Cuando eclosionó hubo cenizas por todas partes. La mujer que salió de dentro tiene la sonrisa como galletas recién horneadas. Estamos tan contentos de tenerla en casa, que casi ni nos fijamos en las alitas de polilla que le asoman por la nuca.

lunes, 12 de mayo de 2014

Microrrelato nº 57: La curva

          La mujer que me ha recogido tiene el pelo blanco y la mirada cansada. Se ha parado a mi lado en el arcén y ha dicho: “Sube, que esta noche hace frío”. La voz de la anciana me ha parecido familiar, tan distinta a todas las otras voces que he escuchado en esta carretera. Quiero preguntarle su nombre, pero sé que no tendré valor. Además, ya estamos llegando. Me acerco a su oído y susurro mi frase: “Cuidado, en esa curva me maté yo”.
Espero.
Nada.
No hay gritos, ni vello erizado, ni músculos crispados. Nada.

Se gira hacia mí. Sonríe y me acaricia la mejilla. Lo sé, cariño, dice.