Carretera de doble sentido
¿Qué pasa?,
murmura Manuela compungida. Baja la mirada
hacia su desnudez octogenaria y se encoge como un animal herido.
Manuel la cubre con su abrigo reflectante amarillo; y vuelve a echar un
vistazo a la fotografía de la mujer desaparecida. La he encontrado,
dice, apretando el botón del walkie-talkie. Sólo escucha ruido blanco.
Se gira sobresaltado, una mano le sujeta la muñeca. Tranquilo, dice una
voz, ya te tenemos. Manuel busca su arma, pero no está donde debería. Se
mira las manos, vacías, arrugadas, temblorosas. ¿Qué pasa?, murmura Manuel compungido.
Entonces, alguien cubre su desnudez octogenaria con un abrigo reflectante amarillo.
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