sábado, 24 de diciembre de 2011

Tiernas caricias de madrugada


  Tu tacto es cálido como un atardecer de verano, susurras al despertarte su dulce caricia en la espalda. A punto de girarte para abrazarla, de pronto recuerdas que estás solo en casa. Enciendes la luz y apuntas en la agenda: Urgente, comprar raticida.

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