sábado, 18 de febrero de 2012

La musa sonríe

Se ensucia con chocolate los dientes de perla. Se embadurna con brea la cabellera rubia, como de oro trenzado. Con carbón, se frota las mejillas, pétalos de rosa en un atardecer.  Las mariposas de porcelana que son sus manos, las ensucia con barro. Y sus senos,  que por lo visto son como luceros que en el firmamento brillan, los oculta confinándolos bajo una faja. Se contempla en el espejo y así, sonriendo, sale al balcón. Esta vez, los jodidos poetas lo tienen crudo.

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