¿Y cuándo será el
incendio? Pregunta la niña, mirando hacia una sillita de plástico
rosa. Luego levanta su cafetera de juguete y sirve dos tazas de
humeante y negro café. Gira la mesa y ensaya una media sonrisa lánguida, esquinada. Bebe un sorbo de la otra taza, con cuidado de no quemarse, y
con voz más grave, más ronca que la suya, dice: Pronto pequeña,
cuando él esté en casa.
(finalista semanal de relatosencadena de la cadena Ser)
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