domingo, 25 de marzo de 2012

Tinta en las venas


                 Esas estrellas parecen frutas maduras,  susurra el dragón que  se enrosca alrededor de su cuello. Él tuerce el gesto y continúa tatuando estrellas sobre el pecho de la chica.
-Ese dragón es impresionante, ¿Te lo has tatuado tú mismo? ¿Hasta dónde te llega? -Pregunta ella, mirándole a los ojos y acariciándole el cuello con un dedo.
-Míralo tú misma -está a punto de responder, pero las palabras se atascan en su garganta. Y sonríe levemente, sin levantar la vista.
De pronto, un dolor punzante cerca de la oreja, allí donde descansa la cabeza del dragón. Y una húmeda calidez resbala cuello abajo.
-¿Qué coño es eso? -pregunta la chica. 
-Nada -contesta él-, sólo es tinta roja.

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