domingo, 4 de marzo de 2012

El cadáver diseccionado más hermoso del mundo

             -Accedemos al mediastino y separamos la pleura visceral del pericardio –dice el catedrático.

             Todos tus compañeros de facultad se arremolinan alrededor del cadáver y se afanan en apuntar cada una de las palabras del profesor. Nadie se fija en ti. Es una suerte, piensas. No quieres que nadie vea como te sonrojas.

             - Y aquí tienen la pleura mediastínica y aquí la cara esternal del corazón.

               Cómo sería vivir al amparo de esos hermosos brazos, piensas. Cómo sería ser mirada por esos ojos vidriosos, tocada por esas fuertes manos que, incluso ahora, frías y blancas como la cera, prometen las más delicadas caricias.

              -Aquí tienen el surco interventricular.

               El pecho altivo, la cabeza poderosa. Todo él parece una estatua yacente, la escultura griega de alguna deidad fabulosa.

              -Y así separamos el corazón del tórax.

              Cuando el catedrático levanta ese corazón,  sientes que es a ti a quien se lo han arrancado. Mañana la clase de anatomía se suspenderá. La policía estará haciendo preguntas aquí y allá. Qué pasa, preguntarás al llegar, simulando sorpresa. El corazón que diseccionamos ayer, responderá alguien, lo han robado.

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